martes, 17 de mayo de 2016

Avellaneda

estoy en una cumbre milenaria
rodeado de muros roídos
de un suelo mohoso
aquí desde lo alto
puedo proclamar
quinientos insultos blasfemos
hacia la tierra baldía
que me vio nacer
Pero prefiero
bailar sobre el sol
cantarle a las raíces
y gritarle a mi mamá
que se pudra
que vuelen a otro sitio
que lloriqueen por otro juguete
entonces volver a tu centro
a tus adentros
a tu carótida
o a tu aorta
y acurrucarme
en tu carne

Sinfonía de cama

puedo ser los caracoles
de tus caracoquesos
o el moretón de tu entrepierna
a cambio  tu podrías
ser el azúcar de mi te
la luz de mi mouse
o de mi escritorio
sería como un acuerdo
entre tu mundo
y mi mundo
una especie de tregua
entre dos titanes
que luchan con fuerza
entre escalas de
la rosa cromática
y telas rasgadas
en violines rápidos
en pianos fuertes
en clavicordios violentos
como una sinfonía de cama
compuesta por
tu llave de sol
y mi llave de fa

Rendición

Tu estai como pa mí
dijo desde
la más alta
planicie litoral
Su voz era
un grito marino
un estruendo
de poeta pescador
Te brillaban los ojos
como la arena
y los dedos se vestían
de rallos solares
Me curé de espanto
Caí de rodillas
Unté mi frente
en los granos dorados
Pedí perdón
bese la tierra
Dije tres ave maría
Y la clame mi diosa

miércoles, 11 de mayo de 2016

Deciduos

Eran cuatro hileras de ángeles apuntando con la mirada hacia mis pies. Yo tenía miedo, Mucho miedo. No podía hablar, tampoco quería hacerlo, pero la intriga era más grande. Esa sensación de vacío en la guata, con la piel de gallina. Caía entonces en un túnel largo, oscuro, con una luz al final que iba creciendo con los metros de distancia que recorría. Al salir del túnel caí con fuerza sobre un mar de dientes. Me revolví en los dientes intentando salir. Mi cuerpo caía hacia el fondo, como anclado hacia abajo, o como si me estuvieran absorbiendo con el peso de cuatro elefantes. La oscuridad se expandía entre el marfil frio del mar. Cuando perdí todo el aire, desperté. Mi almohada era una mopa de sudor frio y mi mano derecha estaba apretando con fuerza el diente que se me cayó en la mañana jugando en el resfalin. El hada de los dientes no había pasado.  

Nimbostratus

Caes
como una hoja
de otoño
sobre nubes
de caramelo
nubes verdes
(porque no te
gusta el rosado)
entonces yo me elevo
a la velocidad de
mil pelusas
de plátano oriental
para verte de cerca
rodeada de
brillos dulces y
de nubes verdes
Miras desde el fondo
de los nimbos
Con las mirada nebulosa
blanca
resplandeciente
No observas nada
Respiras y sale fuego
de tus intestinos
crecen frutas dulces
yo en cambio
me vacío de hambre
y me lleno de asco
como si la comida
fuera la cúspide disímil
de trece letras
revueltas en el aire