Cuando la última de mis huella deje de existir, cuando
atraviese un valle de muertos con el olvido enraizado en mis pies, y me detenga
sobre el bulto conocido, riendo observare mi cuerpo, frío, humeante,
silencioso, aullando una risa enferma, desesperada, triste, lograre comprender
que el objetivo último de mi vida está realizado. Cuando esté ausente de toda
existencia, alejado de todos los rostros dactilares en mi cerebro, estaré yo,
rodeado de árboles secos, comprendiendo que mi cuerpo, al igual que una
estrella a punto de estallar, seco sobre la laguna de mi cerebro, repitiendo
una y otra vez los nombres de quienes olvide, y ellos no sabrán que ese era el
objetivo único, olvidarse para ser olvidado. entonces, ausente de todo rastro
mental que pude crear, nadie recordara esta existencia, en medio del universo,
congelándose, una estrella enana a punto de estallar para formar una nueva
galaxia, ese día será el de mi muerte.
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