miércoles, 27 de abril de 2016

Hambre

ahi donde faltas tu
al lado derecho
de la cama
yo me recuesto
con la boca abierta
y escucho tu verbo
hablarle a mi boca
se escuchan también
los latidos 
de mi estomago
porque a tu lado
escucho el crujir
de mil soles hambrientos
Escucho los vidrios rotos
el sonido de la lluvia
mis pasos en el suelo
el lápiz moviéndose
el cepillo de dientes
el encendedor
y veo al mundo
a través de tus costillas
Las muerdo
y siento mi final cerca
las sombras crecen
Las tinieblas bailan
en ecos circulares
hasta desvanecerse
en manchas de colores
como aceite en el piso
o acuarela en el papel

Experimento numero cuatro

Cabezas corren por mi cama como orugas sobre las hojas de un choclo. Los dientes amarillos sostienen los pelos, la saliva moja el ADN. Colas que corren sobre el omóplato atado a la lana vacía. Azules que vuelan y crecen y mueren y aúllan, sombras drásticas amarillas, silencios posteriores al silencio. Una gota cae sobre la superficie del wáter, como una lagrima blanca sobre una mano, cualquier mano, cualquier lágrima. Trece vasos sobre una nube café, y el café que agita la leche blanca. Setenta y tres huesos bajo mi almohada violeta, dura, fría, violenta, hielo blanco que cruje, se derrite como mi carne, se derrite la vida y el mundo que cae en mi bolsillo con cinco o seis letras de colores tristes.

Piedra

La espalda parece infinita
bajo las sabanas azules
El marco que va
desde tu cintura a tu cuello
contiene algunos
cuerpos celestes

14 en total

Solo en tu contorno
ese que rosa mis sabanas
Y con la potencia
de una enana blanca
agarraste mi brazo
No lo soltaste
e inquieta te revolviste
en la superficie de mi colchón
Rodando
Rotando
Posicionándote de diferente forma
Como un pez en una red
Como una mosca entre las cortinas
Entonces mi humo
Hizo la bruma salada
del mar que se esparcía
en lo hondo del crepúsculo
Mientras tu mirabas el techo
Y yo miraba tu mentón
A plena luz del día

Tropical

La cabeza era un coro
de ruidos como ecos
Caí de rodillas
el mundo tiritaba
Mire al cielo y a su luna eléctrica
las polillas con calma la rosaban
le daban besos a la ampolleta
le susurraban cosas
yo escuchaba esas cosas
Sentía el asco
El revoloteo en mi garganta
Y entonces
Las mariposas se volvieron bilis
Quede desnuda
Vacía
Casi muerta
El agua entonces
pasó hacia el infinito
Al pozo profundo de mi cuello y de mi abdomen
y todo terminaba
Sin principio el mundo terminaba
y yo estaba sola
Más abajo que el suelo marino
y ahí no había luz
y el mundo seguía temblando
Cerré los ojos
las vibraciones eran bruscas
un terremoto bajo mis parpados
y ahí mismo en las tinieblas
el mundo acabó

Sakarina

Le haría el amor
a pura tinta,
a puros caracteres diminutos
En comic san ms
En times new roman
En negrita y cursiva
le diría
con sonidos de lluvia
que adoro su rubor
después del orgasmo
cuando nuestros olores
Se mezclan y se hacen uno
Como el arroz y sus condimentos
Le diría
a la velocidad de las piedras
la cantidad de endorfinas
Que libera mi cuerpo
Cuando le robo besos
Le haría el pont des arts
O la torre entel
A base de palitos chinos
Y cola fría
Para conmemorar
Su existencia
En mi existencia
Para hacerme desvanecer
Dentro de sus neuronas

Ciegamente

Voy a aprender braille
para leerte los poros
Así te aprendo a oscuras
entre las sabanas
escuchando
las invisibles
gotas de lluvia

Manifiesto

¿Cachai cómo se siente
cuando te comes
el primer dulce del día?
Algo así se siente
cuando me miras de frente
con esos ojos
con pintas azules
y llenos de café
como las tazas en invierno
o las hojas en otoño