La alegria del Abismo
tengo los labios oscuros, muertos de tanto pronunciarte, tengo tantas, tantas, tantas, tantas ganas de botar mis lagrimas, de derramarlas por el jardín de espinos que me lastiman los pies, mi sonrisa me quema, mi lengua danza en su prisión derramando poemas a un ángel fantasma que me apuñala los hombros, mis uñas que se arrastran por sobre la tierra son un pandemonio de espíritus caídos, de letras abandonadas entre mis risos, el tiempo no interesa cuando vives en agonía, cuando eres un abismo.
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