miércoles, 20 de noviembre de 2013

las cosas de la vida (parte tres) (o circunferencia vital)

los viajes siempre son tipo renovación del alma, tipo renovación del aire, tipo renovación del cuerpo; pero aveces los viajes comienzan como forma de escape, como medio para huir de la vida misma que te rodea, huir de los seres humanos con los que te envuelves.
siempre me ha gustado caminar, mentira, nunca me ha gustado caminar, menos en verano, como que caminar y las ansias por llegar a destino son mas fuertes que mi gusto por el viaje lento y alternativo que significa la caminata, como que caminar me provoca un vacío que es del tamaño entre la boca de mi estomago y mis pies, quizás por las ansias de llegar pronto, o alomejor por el tedio que significa el viaje tipo caminata.
cuando niño me gustaba caminar, casi tanto como andar en bici, caminaba sin motivos, imaginando cosas, soñando historias, en ese tiempo, claro, uno no toma conciencia de lo que significa estar solo, y aunque este aquí intentando hablar de otra cosa que no sea la soledars maligna de estos días, vuelvo al comienzo.
la relación humana, como dijo un profesor una vez, consiste en contar historias, jamas fui bueno en eso, todos contaban buenas historias y provocaba una risa coordinada entre todos los oyentes, pero mi paso por el mundo jamas fue muy agitado, jamas me pasaban cosas muy fuera de lo común, he vivido con la poca suerte de no tener emociones solitarias para contarle al resto, ni asaltos ni algo que llamase mucho la atención que fuera interesante para otros, entonces, mi relación humanistica con el entorno consistía en escuchar. a eso me dedique por hartos años, hasta que mi atención se desvío a otros ojos, no como los con forma de sol, unos ojos mucho mas tristes, pero esa es otra historia.
caminar es el rito mas particular y libidinoso, los caprichos mas extraños surgen cuando uno camina, las quejas se vuelcan en un vomito de comentarios desagradables, que muchas veces, uno no tiene el gusto de compartir con nadie que no sea uno mismo. camine un tiempo con mi hermana, tipicamente cuando volvíamos del colegio, lo cual era bastante mas agobiante que caminar alone in the street, por que ella iba varios metros mas atrás, entonces, mi cuerpo que se movía casi por inercia, cubierto por la desesperación de llegar al planeta llamado casa, no podía concentrarse algo mas que no fuera la cabeza, miraba hacia atrás, la miraba, miraba su caminar lento y gustoso, algo envidiable la verdad.
camino para pensar, caminaba para pensar, caminare para pensar mucho mas aun, sobre otras cosas, mi hermana no dejaba que mi mente funcionara por si misma, quizás por que debía estar en constante preocupación de que no le pasara nada, por eso, que caminar se volvió un ritual para mi propia soledad, siempre imaginaba cosas, guiones que hice mal, diálogos que no podía corregir, pienso que me faltaba comunicación humana, por que jamas supe como tratar con alguien, imaginaba sin descanso escenas, que en un principio era la batalla por el mundo, con super poderes y esas cosas, a tornarse diálogos, solo palabras imaginarias de cosas que pude haber dicho, pienso, ademas, que esos diálogos eran escritos, por que en persona, siempre resulte ser mas tímido, vergüenza de mis diálogos épicos, probablemente.
caminar es el viaje clandestino de los que necesitan distraerse, o enfocarse, o sentir que tiene control de algo. al no saber como lidiar con las personas, preferentemente dejaba que ellas eligieran por mi, aunque sabia el poder de mis decisiones, no sabia el poder de mis palabras, entonces, simplemente dejaba la elección de un par de seres que se querían, a que se volviera una decisión individual, entonces, cuando todo ya estaba decidido, me devolvía caminando, entrando por pasajes no conocidos, sentándome de vez en cuando en plazas jamas pisadas, comprando un dulce en almacenes que jamas volví a visitar, mirando personas que jamas podre nombrar y pensando cosas que jamas podre recuperar.
viajar es escapar, caminar es escapar y decidir, me gusta caminar, ¿a ti no?

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