lunes, 22 de abril de 2013

Escaleras

escaleras sombrías del corazón,
 esas escaleras de la fuerza
   inútil que se vuelve cenizas con
    el llanto lastimoso del perdido,
      las escaleras me mantienen en
        las nubes,
                           por que no
                                               hay nadie que
             me sostenga, ni un alma amable
                o caritativa que pueda con mis
                     malos augurios y mi mala fe
                         por que solo los pasamanos pueden
                             mantener mis manos rígidas, con eco
                                desesperado y alma podrida.


                                                                          con toda la fe que conlleva el ser
                                                                     con todos los llantos malditos que me
                                                                                                                                   siguen
                                                                                              me condenan
                                                             me acuchillan
                                                       me arraigan las penas envuelto en
                                                 cuclillas, llorare solo por llorar

domingo, 21 de abril de 2013

Dolor subconsciente

por que en el fondo no había nadie, solo EL y una extraña sensación de que todo se le caiga a pedazos por los ojos, es triste, pero el la observa mientras ella esta en cuclillas mirando su reflejo en el agua, ella llora, el se acerca, el y ella son la misma persona, el y ella se llaman Lif, un nombre inexistente, para una escena inexistente, para unas personas inexistentes, para una pena real, para un dolor real, para una vida real.
ella lo miraba con abandono, el la acompañaba aunque le dolía  el y ella aun siendo la misma persona, se aman por separado, de distinta forma, de distinto universo, de distintas vidas y soledades, el y ella son mi cabeza y mi corazón  el y ella son la risa y el dolor, la pena y la soldad, la soledad que me ahoga en mi cama, la que se apodera de mi piel, la que me desgarra los pensamientos, el y ella son todo lo que tengo y ninguno de ellos existe.

domingo, 7 de abril de 2013

hululan las penas

hulula el juglar, llora el niño esperando a su padre, espera los hombros que lo cargaron, espera los hombros enterrados con los gusanos, hulula el juglar por el niño, hulula el juglar por lo arboles de asfalto, hulula el juglar por los peces de fierro, un ave sin alas vuela por la ventana, esparce su jugo por los pies de los autómatas, las gotas traspasan mi rostro fantasma, traspasan mi alma de piedra, a mis pies le salen raises, un árbol mas, en otoño me caen las hojas de los lagrimales, un alambre me cubre la conciencia, hulula el juglar sobre mi cráneo, hulula el juglar sobre mi pecho, hulula el juglar de risa sobre mis manos, sobre mi tinta, sobre mi pluma, sobre mi cuaderno, sobre mi cigarro, hululo como juglar, hululo para el juglar, el juglar soy yo.

Ser un súper héroe, no siempre es tan malo (o, en la Sien esta la verdad) (texto arreglado, mejorado y convertido en microcuento


Ayer visite a mis padres por una llamada gemida a las 3 de la mañana de mi hermanito, diciéndome que me extrañaba. Yo, ahogando la rabia con un trago de agua, le dije que partiría mañana mismo y que le llevaría un regalo. Un recuerdo fugaz llego a mi cabeza mientras manejaba hasta allá, el recuerdo de cuando escapo de casa para las vacaciones de febrero y lloro en mis brazos apenas cerré la puerta, con apenas 11 años ya sabía de soledad, ya sabía del dolor y la pena y ya dudaba del amor.
Entre en silencio, sin que supieran que tras la puerta me encontraba yo. Escuchaba sus gritos estúpidos y como mi hermano lloraba en silencio (no lo oí realmente, pero algo me hacía pensar que así sucedía), él no les dijo, era de esperar de sus arranques de desesperación. golpee la puerta, me abrieron con notoria sorpresa, me saludaron con el cariño de un hijo extraviado, luego de los saludos formales y obligados me senté en el sillón, esperando la llegada de mi hermanito, mi hermanito al que tanto amo, mi hermanito al que me gustaría raptar y sacar de la jaula donde él vive, donde yo vivía.
puedo ver el paso de los años en los oídos de mis padres, como sus memorias se les van por las pastillas, como el entendimiento mutuo se va difuminando junto con la dependencia de sus hijos, ya no se recuerdan con la risa compartida del primer nonato, ellos ahora cambian de habitación como cambian de ropa, del sillón a dormir juntos otra vez, de la pieza de mi hermanito, al bar, a dormir juntos otra vez, del trabajo al motel a dormir juntos otra vez, tienen sexo casi por obligación, creyendo que así pueden recuperar lo perdido, ahuyentar los alaridos innecesarios y las suplicas del menor por una familia funcional, el amor se les va con los años, "hasta que la muerte los separe" son solo promesas triviales ante un dios trivial, como se le van los años, se les va la vida, se les van los hijos, se les va el matrimonio, se les va el amor, se les acerca únicamente la muerte, como dándole señales de que todos morimos solos, ellos ríen ante la gente como compromiso moral, pero tras la botella todos somos de adorno, todos somos reales, de mis hermanos, soy al que menos le importa, yo solo me preocupo, por cuantos cigarros me quedan en la caja, o de cuanto espero a mi hermanito aquí sentado, de cuan alegre me hace el que aún viva, y que se quiera venir aquí conmigo y me sigo sintiendo feliz mientras veo la separación de mis padres, porque así, podre traerlo hasta el abismo de mis brazos.
Llegue al departamento, la noticia me la contaron, el divorcio ya estaba en trámite, él llorando dijo que quería venir aquí conmigo, acabo de encender un cigarro, luckys, los mismo que fumaba mi abuelo, suena el teléfono, contesto, me responde un viejo de mierda con voz de comprensión inútil y patética, ha habido un incendio, se encontraron los cuerpos muertos, es en la casa donde hace unos momentos estuve. El llanto me ahoga, mi hermanito, pobre de mi hermanito, debería habérmelo llevado ahí mismo. Salgo a comprar cigarros, ya no me quedan, pienso en él, en sus manos, en su carita llena de patetismo, miraba los rostros fantasmas de piedra de mis padres, me daban asco, -deme un lucky de 20- vuelvo, no siento los pasos, solo que levito, levito de dolor y de rabia y de pena y de podredumbre, subo las escaleras, escalón por escalón, recuerdo tras recuerdo, en la puerta hay una silueta que me parece conocida, siento como se me paraliza el cuerpo, no logro ver el rostro de la silueta, pero sin duda, ya la he visto antes. – ¿qué haces tú aquí? – Digo con temor, extiendo mi mano al mismo tiempo que mi cuerpo cae de rodillas al suelo, tomo su mano, - hermanito, estas vivo- el corazón me palpita, su manos tiene sangre, su ropa huele a bencina, sus ojos están vacíos, sus palmas frías, casi no se siente su respiración. - ahora podemos estar juntos, ahora puedo ser feliz-. Me dice con la inocencia muerta, me lo dice con un cuchillo entre sus pulmones, me lo dice luego de haberme disparado en la cien.

jueves, 4 de abril de 2013

la verdad es un espejo

se me repite el mismo sueño de lo que aparenta ser hace dos semanas, estoy sentado en una silla mecedora, con un libro rojo brillante, sin titulo y ninguna letra, solo con fechas, el libro lo completo yo, con historias que no existen, al menos no en el mundo que sueño. suena el timbre de la casa. una casa de madera tipo cabaña, con pilares que la separan del suelo y que son lo único que la mantiene unida a la tierra, en la parte delantera solo hay ventanales tapados por cortinas y tras las cortinas el sol entra por los arboles, hasta darme luz en las invisibles letras del libro que sostengo. miro la hora, el timbre me interrumpió la concentración. 15:30. dejo el libro en la mesita donde esta un cenicero y un cigarro consumiéndose. abro la puerta, camino tranquilo por los pastelones desordenados que hay bajo mis pies, y bajo esos pastelones, el pasto. llego a la reja que esta tapada con maderas, la abro y asomo la cabeza, veo una espalda joven correr hasta la casa de al lado. la nuca del pendejo me parece conocida, pero no lo distingo bien. todos los días en los que se me repite el sueño, el libro cambia, las paginas que rellene ahora están llenas, el libro ha ido creciendo y las colillas aumentando, todos los días en el sueño, exactamente a las 15:30 suena el timbre y salgo esperando que algún día me dejen de webiar. un día, (digo un día, pero se que fue hoy, el ultimo sueño, el único que me llevo a escribirlo) se me ocurre esperarlo en la reja, escondido atrás del sauce que hay en el jardín al lado de los negros fierros. siento los pasos acercarse, suena el timbre, salgo lo mas rápido que puedo, tomo el brazo de la criatura humana que intenta escapar, me mira, son mis ojos, soy yo mismo quien me esta jodiendo el descanso, el niño se vuelve un espejo y veo sobre mi el paso de los años, me veo de viejo, me veo decrepito, seco, triste, triste como siempre.