jueves, 4 de abril de 2013

la verdad es un espejo

se me repite el mismo sueño de lo que aparenta ser hace dos semanas, estoy sentado en una silla mecedora, con un libro rojo brillante, sin titulo y ninguna letra, solo con fechas, el libro lo completo yo, con historias que no existen, al menos no en el mundo que sueño. suena el timbre de la casa. una casa de madera tipo cabaña, con pilares que la separan del suelo y que son lo único que la mantiene unida a la tierra, en la parte delantera solo hay ventanales tapados por cortinas y tras las cortinas el sol entra por los arboles, hasta darme luz en las invisibles letras del libro que sostengo. miro la hora, el timbre me interrumpió la concentración. 15:30. dejo el libro en la mesita donde esta un cenicero y un cigarro consumiéndose. abro la puerta, camino tranquilo por los pastelones desordenados que hay bajo mis pies, y bajo esos pastelones, el pasto. llego a la reja que esta tapada con maderas, la abro y asomo la cabeza, veo una espalda joven correr hasta la casa de al lado. la nuca del pendejo me parece conocida, pero no lo distingo bien. todos los días en los que se me repite el sueño, el libro cambia, las paginas que rellene ahora están llenas, el libro ha ido creciendo y las colillas aumentando, todos los días en el sueño, exactamente a las 15:30 suena el timbre y salgo esperando que algún día me dejen de webiar. un día, (digo un día, pero se que fue hoy, el ultimo sueño, el único que me llevo a escribirlo) se me ocurre esperarlo en la reja, escondido atrás del sauce que hay en el jardín al lado de los negros fierros. siento los pasos acercarse, suena el timbre, salgo lo mas rápido que puedo, tomo el brazo de la criatura humana que intenta escapar, me mira, son mis ojos, soy yo mismo quien me esta jodiendo el descanso, el niño se vuelve un espejo y veo sobre mi el paso de los años, me veo de viejo, me veo decrepito, seco, triste, triste como siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario