miércoles, 7 de enero de 2015

Se Dice

Se dice que era escritor, que era un poco obsesivo y que le costaba hablar con sus vecinos. Pero no era eso lo importante, en verdad él no era para nada importante, sus poemas eran malísimos, era un poeta de la calle, según se decía. De esos que no tiene idea de métrica ni de teoría literaria y que, aun así, escribe. Se dice que grababa lo que se le ocurría y que después lo transcribía en poemas de un solo párrafo, sin puntuación, jamás usaba mayúsculas. Un crítico le dijo una vez que mejor se dedicara a otra cosa, que sus imágenes eran pobres.
Se dice que eso lo llevo a la desesperación, pero nadie nunca lo pudo confirmar. Se dijo también que se tatuó un poema suyo, en toda la espalda, una mancha negra, como de aceite, media borrosa, un párrafo enorme con el título al final. Se dice que el titulo era “la muerte”, pero nadie nunca leyó el poema, solo se leía el titulo cuando cortaba el pasto o pintaba la casa. Se dice que la pintaba todos los meses, por que tenía que “renovarse”. Se dice que a sus amigos los invitaba de forma regular, por eso no sospecharon de él, también se comentaba que quería dejar su obra inconclusa y que esos párrafos de malos poemas eran todos interminables, que su obra era tan grande que no cabía en un solo poema, que su idea era tan magnifica que no se podía describir, lo dijo así mismo, en un almacén una vez que alguien le pregunto cómo estaba.
Un amigo me dijo que estuvo una hora contándole sobre su obra al señor del almacén, que lo tuvieron que echar para que se callara, se cuenta que se suicidó en la plaza, esa que estaba atrás de su casa y que la tierra quedo toda roja, se dice que la municipalidad lo tapo con un resbalín, porque su sangre era tan corrosiva que no se pudo limpiar.
En el diario dijeron que en el living estaban los cinco cuerpos colgados del cuello, con cortes en los brazos, y bajo cada uno un poema sin título, decía que los escritos eran ilegibles, que estaban todos desordenados y que las palabras eran puestas casi al azar.

Todos se olvidaron de él, pero se dice que nadie arrendo la casa después, que tuvieron que demolerla, que por eso pusieron ese supermercado. Una cajera dijo que lo escuchaba en la noche, que penaban ahí, con los pocos poemas que se encontraron de él. Se dijo que daba lo mismo, que nunca sería importante. En efecto nunca lo fue, la noticia solo salió en el diario de la junta de vecinos, ese que solo compra la gente de la junta de vecinos, se dice que cerraron el caso y que las animitas están ahí en la calle, las cinco juntas, en la plaza no hay nada de él. Solo queda el resbalín que cubre su sangre corrosiva, se dice que nadie escucho el disparo en su cabeza, se dice que nunca existió.

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