jueves, 20 de diciembre de 2012
Cadaver
estábamos en silencio mirando como cadáveres al mundo, te recostaste sobre mi pecho y quisiste dormir, te acaricie la cabeza y tome tu mano, ambos eramos cadáveres del amor, ambos comenzábamos a amarnos, mi mano estaba fría la tuya me abrigaba, te acariciaba para que durmieras, para luego yo luego dormir contigo, para transportarnos al mundo que nos veía nacer como un solo cadáver nos buscábamos como al oxigeno en el mar, nos acariciábamos como si le mundo fuese a desaparecer, y aunque así sucedía no nos soltábamos las manos, no habíamos vuelto amores, uno del otro, fallecimos con nuestras manos abrazadas, todos se quebrajaban al caos de nuestra partida, nos volvimos cadáveres y yo aun te recuerdo en poesía aunque estés a mi lado.
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