las sonrisas borrosas de los caminos que no me atreví a recorrer, me persiguen como el corazón que no me pertenece, pero aun sigue pudriendoce en el poder de mis decisiones egoístas y solitarias, como los días de verano en donde nadie recuerda ni mis ojos o mi voz o mis manos o mi rostro o mi alma, saben que algo paso por ahí pero no saben que fui yo, aunque yo siempre he estado para ellos como ellos no han estado ahí para mi
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