martes, 18 de diciembre de 2012

ella, una añoranza

últimamente he tenido la bella mala costumbre de cerras mis ojos para ver su silueta, la lluvia me recuerda a ella, cuando la besaba como si no hubiese un mañana, pero eso solo era una mentira de mi mente, ahora sus besos no me corresponden y sigo abrazando el frío en su ausencia, en mi solitaria cama mis brazos se congelan, se me eriza la piel, se me dilatan los ojos, con el éxtasis de su aroma ausente vuelo hasta mi musa de cristal, hasta mis sueños, hasta mis pensamientos destructivos sobre amor, de que siempre dudamos que exista, aun cuando halla sido tan real como la respiración de un cadáver; [la respiración penetrante y ligera de mi cadáver, saco la piel de mi pecho con mis uñas, debo sentir mi corazón  aunque no palpite, debo saber que existe].

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